La Casa de Bernarda Alba nos reveló

Dicen por ahí que el teatro es el espejo de lo que somos como sociedad. Este arte, que puede ser uno de los menos comprendidos, convocó ayer en Sopó a una comunidad ávida de verse, de interpretarse y preguntarse.

La Casa de Bernarda Alba llegó a manos de Espacio Teatral gracias a  la curiosidad constante de imponernos grandes retos. Vino de Cuba sin planearlo a través de Ileana Chávez, dramaturga y actriz, quien trasmitió al grupo su pasión por esta obra. Siete mujeres y un  hombre se reunieron durante tres meses para personificar este texto de Federico García Lorca.

Ella, que fue la directora de este montaje, insistió en sus palabras atentes de regresar a La Habana que la casa, de que  habla el drama, es “mundo adentro”, una frase que ayer cobró vida.

Eran las 7: 00 p.m., el recién inaugurado auditorio de La Casa de la Cultura de Sopó abrió las puertas y en una estampida las personas se apropiaron de sus lugares, cinco minutos después, los pasillos estaban llenos de niños y adultos que decidieron ver la obra en el piso, más de 200 personas nos acompañaron anoche.

Se abrió el telón y la primera imagen fue impactante: en una red cinco mujeres estaban atrapadas, de entrada, la obra capturó la atención.

Los parlamentos no salieron como simples frases aprendidas, fueron lecciones y verdades que todo el público acepta en silencio o con murmullos, parecía que muchos estuvieran viendo la realidad de su corazón.

Bernarda, Adela, Martirio, Angustias, Magdalena y Amelia pusieron en sus labios las palabras que a veces nuestra alma reprime, colocaron en sus cuerpos muchos de los anhelos de las personas que estábamos ahí.

Luego de una hora llegó el final, abrumador y despiadado, el público aplaudió, el telón se cerró pero la obra no acabó. Afuera las personas salían con ganas de saber más, salieron inquietas, curiosas, quizá porque cada una de las letras de Lorca motivaron una pregunta o una respuesta individual.

Detrás del escenario y en camerinos, la emoción fue desbordante no solo por el estreno de esta obra sino porque nuevamente reunimos a los amigos en torno al arte, a los que siempre nos han acompañado y a los que por fin se atrevieron a vernos.

La gratitud nos envolvió, estábamos de nuevo juntos haciendo lo que más nos gusta, nosotros como amigos y como familia nos abrazamos felices porque sabemos que luego de cada obra,  la función continúa en la vida cada una de las personas que asisten a teatro con la voluntad de dejarse sorprender.

El 30 de mayo de 2015 quedará guardado para siempre en nuestra alma con una sola imagen: La Casa de Bernarda Alba hablándonos de manera fuerte y sincera a nosotros mismos.

Gracias.