¿Y usted?…¿ha desnudado su alma?

Para mí, como sé que para muchos de ustedes esta es una pregunta algo incomoda y en algunos casos hasta molesta, pero para ser sincero no sabía que se podía desnudar el alma; luego llegó en agosto la temporada de esta obra en donde Pinocho cuestionó sentimientos y situaciones de todos los presentes en el teatro.

Y no es que Pinocho siempre estuviera a la defensiva o en contra de Gepeto, simplemente que este personaje lograba llegar a pensamientos y emociones demasiado íntimas; que constantemente logran cuestionarnos frente a lo que vivimos y sentimos pero que rápidamente almacenamos en el fondo de nuestra cabeza o en el rincón más remoto del alma.

“Con la irreverencia se construyen nuevos mundos”. Es una de las afirmaciones de Pinocho que me marco durante la puesta en escena, tal vez es el descaro de este muñeco el que nos hace entender que esta obra trasciende para cuestionar  nuestro ser. Nos permite reflexionar acerca de ese mundo que en muchas ocasiones no nos hemos permitido explorar, el cual nos negamos a conocer debido al temor o sin sabor que en muchas ocasiones dejan  los sentimientos novedosos y diferentes.

Pero ¿por qué empezar a desnudar el alma si como estoy, me siento bien?  Esa es una de las preguntas que me surgió durante la temporada; luego entendí  que en muchas ocasiones suele ser más sencillo optar por una posición cómoda y que tenga la aprobación de los demás; “Quieres los aplausos, ve por ellos”.

Luego de 50 minutos de debates, discusiones y sentimientos a flor de piel entre marioneta y carpintero, entendí que desnudar el alma es un ejercicio muy complicado; solo en algunos momentos de la vida  lo logramos hacer.Sin embargo hay otros que nunca han llegado a entender esa sensación.

Es difícil desnudar el alma, porque es aceptar que muchas  de las cosas que hemos construido y apropiado suelen estar equivocadas o comúnmente aceptadas, no llegamos a desnudarnos por completo porque no somos capaces de escuchar, enfrentar y comprender a la marioneta encerrada en cada uno de nosotros, que suele gritarnos con ansías de libertad todos los días.

Al final Gepeto comprendió que Pinocho nunca va ser tan bueno como él quisiera, La marioneta ha entendido que es una creación es hermosa, pero que de algún modo depende de manera importante de su creador, y yo,he entendido que desnudar el alma puede llegar a ser complejo, desafiante y hasta agobiante pero al final liberador.

Por Camilo Rodriguez