Anuncio del ganador de las dos boletas para la temporada de El Alma Desnuda
agosto 15, 2013San Francisco, desnudará el alma
septiembre 25, 2013A la fortaleza de Maikel, la alegría de Moralito, el amor de Gina, los sentimientos de Cristian (el pollo), la nobleza de Blanca, la energía bonita de Laura, la creatividad de Jineth, los puntos de vista de Camilo, la persistencia de David, el entusiasmo de Yohon y la colaboración de Gysella y Carolina.
«Saludemos a ver qué pasa» fue el último texto de la obra, de fondo se oía una música apropiada para terminar la catarsis a la que obliga El Alma Desnuda, luego, aplausos llenos de lágrimas, sonrisas y pieles erizadas, al final, seres humanos con el alma sincera llorando en camerinos, sin saber por qué, algo sintieron, no sabían si era tristeza o felicidad simplemente eran emociones juntas que salían desde lo más visceral y que se transmitieron a través de abrazos.
Si me preguntaran hoy ¿qué es desnudar el alma?, yo sólo describiría la imagen de mis compañeros que participaron en el montaje cuando luego de que se cerró el telón, conmovidos, con el cuerpo liviano y las manos temblando, lloraban sin parar, yo los abrazaba y no había palabras, me sentía orgullosa de ellos. Mientras experimentaba el corrientazo que me producían sus sollozos descubrí que ese momento, ese preciso instante en el que Cristian, Gina, Blanca, Maikel, Moralito, Yohon y David habían brindando a través de su arte la posibilidad de sentirnos vivos, era un instante de revolución, un momentos en el que como en los grandes acontecimientos de la historia algo en el corazón y en la mente se había movido para creer.
Si esas sillas de ese auditorio hablaran seguramente no lo harían, imagino yo que lo único humano que podrían hacer gracias a las sensaciones de las que fueron testigos sería suspirar, reír o llorar. El silencio es el mejor aliado para describir lo que este estreno representó para nosotros, un «sin palabras» que mejor se entiende con un abrazo, besos, risas y lágrimas, expresiones que no necesitan de más sino de sentirlas.
Yo fui espectadora todo el tiempo y confieso que cada vez que oía los textos pensaba en el reto que significaban para todos los que verían El Alma Desnuda. Ayer, cuando se hacía el último ensayo, estaba sentada al lado de Maikel, el Director, de repente él se giró y me dijo de manera muy contundente «esto le va a gustar a la gente» , su seguridad hizo que yo dijera un sí con la certeza de que hasta ese preciso momento, el proceso ya era un éxito.
Agradezco estos alientos de vida, que tal como lo reflexionamos el miércoles de esta misma semana, en casa de Maikel, nos hicieron sacar preguntas de nuestro interior para realizar ese grito de libertad, esa exteriorización de lo vulnerables e imponentes que pueden ser nuestros sentimientos, todo esto no hubiera sido posible sin la alegría que motivó la explosión de sus aplausos en este estreno que nos desnudó a todos.
Por: Juanita Ramos Ardila
Fotos:Fernando Arias
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Con ganas de verla. Espero una nueva función.